domingo, 26 de enero de 2014

Dispositivos moviles


En los últimos años los dispositivos móviles se han establecido como una parte importante del acceso a la información y aplicaciones. Estos dispositivos han dejado de ser simples agendas electrónicas o teléfonos celulares para convertirse en pequeñas computadoras con capacidad de ejecutar aplicaciones, juegos con gráficos 3D e incluso con capacidades de acceder a Internet a través de diferentes tecnologías de red inalámbrica de alta velocidad tales como 3G o WiFi. Sin embargo, a pesar de sus siempre crecientes capacidades, el desarrollo de aplicaciones para dispositivos móviles presenta desafíos que no están presentes en el desarrollo de otros tipos de sistemas. Esto se debe a que comparados con las computadoras de escritorio y servidores, los dispositivos móviles poseen un poder de cómputo y almacenamiento extremadamente limitado. Adicionalmente, la fuente de energía de los dispositivos móviles son baterías, por lo que es esencial el uso eficiente de los recursos. Cuando se plantea por primera vez la creación de una aplicación para smartphones y tablets, normalmente lo primero en lo que se piensa es en la variedad de plataformas existentes: Apple iOS, Google Android, Palm, Symbian, BlackBerry, Windows Phone, … luego, ¿cómo realizar un desarrollo que abarque todas o el mayor porcentaje (en términos de utilización) de estas plataformas? Antes de contestar a esta pregunta me gustaría exponer un par de cosas: las previsiones en tendencias indican que los sistemas que liderarán en los próximos años serán Android e iOS, no obstante el nuevo Windows Phone parece que va a tener una gran aceptación. 
En los últimos años los dispositivos móviles se han establecido como una parte importante del acceso a la información y aplicaciones. Estos dispositivos han dejado de ser simples agendas electrónicas o teléfonos celulares para convertirse en pequeñas computadoras con capacidad de ejecutar aplicaciones, juegos con gráficos 3D e incluso con capacidades de acceder a Internet a través de diferentes tecnologías de red inalámbrica de alta velocidad tales como 3G o WiFi. Sin embargo, a pesar de sus siempre crecientes capacidades, el desarrollo de aplicaciones para dispositivos móviles presenta desafíos que no están presentes en el desarrollo de otros tipos de sistemas. Esto se debe a que comparados con las computadoras de escritorio y servidores, los dispositivos móviles poseen un poder de cómputo y almacenamiento extremadamente limitado. Adicionalmente, la fuente de energía de los dispositivos móviles son baterías, por lo que es esencial el uso eficiente de los recursos. 
Cuando se plantea por primera vez la creación de una aplicación para smartphones y tablets, normalmente lo primero en lo que se piensa es en la variedad de plataformas existentes: Apple iOS, Google Android, Palm, Symbian, BlackBerry, Windows Phone, … luego, ¿cómo realizar un desarrollo que abarque todas o el mayor porcentaje (en términos de utilización) de estas plataformas? Antes de contestar a esta pregunta me gustaría exponer un par de cosas: las previsiones en tendencias indican que los sistemas que liderarán en los próximos años serán Android e iOS, no obstante el nuevo Windows Phone parece que va a tener una gran aceptación.

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